lunes, 29 de noviembre de 2010

La Gran Desbancada

A estas alturas no voy a aportar nada nuevo afirmando que la actual crisis ecónomica la estamos sufriendo especialmente los sectores precarios y excluídos de la sociedad. Ni siquiera sería una novedad mantener que la situación irá a mayores y que tampoco lo van a tener fácil quienes ahora están en mejor posición para ponerse a salvo de los envites de los sacerdotes y funcionarios del mercado.

Y aunque todavía hay personas que creen que un cambio de gobierno puede ofrecer alguna perspectiva de mejora, las evidencias nos llevan a pensar que la zozobra la están provocando agentes con mucho más poder que los gobiernos de los estados. ¿No es sospechoso que Zapatero se reuniera con los principales inversores estadounidenses unos días antes de la huelga general del pasado 29 de septiembre? ¿O que la agencia privada Moody's rebajara la calificación de la deuda española el día después?

En este contexto tampoco es de extrañar que haya saltado a la palestra una iniciativa que pretende hacer frente a la especulación desmedida de la banca y las entidades financieras. Y no es de extrañar porque si ya en el siglo diecinueve el movimiento obrero fue capaz de identificar a los empresarios y el Estado como los adversarios a los que los sindicatos debían hacer frente, lo apropiado de estos tiempos es que sea la ciudadanía quien ponga límites a la orgía desenfrenada del poder financiero.

Y digo la ciudadanía porque es evidente que quienes han asumido su representación formal no tienen el valor ni la intención de asumir las responsabilidades que deberían. Cuestión que, por otra parte, tampoco puede pasar desapercibida.

Así que, al margen de que siempre tenemos la opción de acogernos a inciativas de banca ética o de financiación solidaria, el 7 de diciembre podemos sumarnos a una convocatoria ciudadana internacional que nos invita a retirar nuestro dinero por ese día de los bancos. Un aviso de que "ya sabemos quiénes son y dónde están" y que puede ser el inicio de una toma de poder de la ciudadanía que obligue a las entidades financieras a participar del juego democrático.

Tras este enlace Juan Torres López también reflexiona sobre la iniciativa.

7D: ¡Desbancada general!

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