Una situación cada día más parecida a la que ya viven tantas y tantas personas esclavizadas alrededor del planeta por una deuda imposible de pagar y que permite a sus acreedores apropiarse de los mejores recursos.
Y no queremos que nuestros impuestos, nuestros esfuerzos y nuestros recursos sigan alimentando el pozo sin fondo de la especulación y el enriquecimiento fácil y desmedido de quienes promueven la pobreza, las enfermedades y los conflictos armados. ¡Queremos un nuevo sistema bancario que no sacrifique más la dignidad humana en el altar de las ganancias!
Por todo ello, la ciudadanía europea de este siglo exigimos la creación de una banca ciudadana que, lejos de toda fiebre especulativa y de cualquier burbuja financiera, apoye proyectos que beneficien a la ciudadanía más que al "mercado" y en la que podamos depositar nuestro dinero en paz con nuestras conciencias.
Y para empezar hemos convocado en toda Europa esta primera llamada de atención a los sistemas financieros, mediante un recurso sencillo y al alcance de nuestra mano: retirar nuestros fondos de los bancos durante el día de hoy. Una advertencia de que “sabemos quiénes son y dónde están”.
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